Logística

Sistemas de Planificación del Transporte: una gran coctelera para optimizar los costes del transporte

Cada vez hay más empresas que apuestan por sistemas de planificación del transporte en sus operaciones logísticas, con los que logran ahorros monetarios de entre el 5% y el 15%. Sin embargo, estas aplicaciones no solamente permiten operar a un menor coste.

Además, inciden directamente en aspectos tan importantes como la reducción de las emisiones de CO2, o en aportar una potente herramienta que permita adaptar la red logística de la compañía a las necesidades cambiantes de la demanda, que aporta generosas ventajas competitivas.

Estas herramientas permiten a los departamentos de gestión del transporte emplear mucho menos tiempo, entre un 20% y un 50%, en las labores de planificación y optimización, tareas realizadas normalmente con herramientas tipo Excel. Aportan, además, una visión global de los recursos y permiten a dichos departamentos emplear ese tiempo en el análisis y estudio de indicadores y problemas rutinarios que ayuden a mejorar la operación.

Las herramientas de planificación y optimización pueden ser consideradas como una gran coctelera, en la que cuidadosamente debemos añadir cada uno de los ingredientes necesarios para obtener el resultado esperado.

En el caso de la planificación del transporte, los ingredientes identifican las características y restricciones que marcan nuestro propio proceso logístico y la legislación vigente. Con todo ello, el objetivo es el de realizar la planificación estratégica, táctica u operativa del transporte, obteniendo mejoras en sus costes y procesos para ganar en competitividad que pueden llegar a ser del 15%.

Aunque el funcionamiento es similar, cuando se habla de aplicaciones de planificación del transporte, el discurso se centra en el transporte de larga distancia, mientras que se utiliza la denominación de optimización de ruta para el transporte capilar o de última milla.

En este último caso, existen ciertas particularidades que lo diferencian del planteamiento utilizado para la larga distancia, como por ejemplo la necesidad de incorporar un callejero, la necesidad de optimizar los puntos de parada entre entregas, o la dificultad añadida que supone la incertidumbre existente sobre la intensidad del tráfico, o el desconocimiento acerca del horario de apertura de los puntos de entrega.

Hasta no hace mucho, bien por desconocimiento o bien por desconfianza, no eran muchas las compañías que invertían en este tipo de soluciones. No obstante, esta situación va cambiando poco a poco y cada vez son más las grandes y medianas empresas que apuestan por estas aplicaciones a la hora de realizar la planificación estratégica, táctica u operativa de su transporte, obteniendo mejoras en sus costes y procesos que las hacen más competitivas.

Para entender en mayor profundidad su funcionamiento, pasemos a identificar cuáles son los ingredientes principales a utilizar para la planificación:

  • Pedidos a enviar, identificando sus características principales como el origen, destino, peso o volumen. La antelación con la que conozcamos estos pedidos será la que determinará si podemos realizar una planificación operativa de nuestros envíos, o si por el contrario debemos conformarnos con una planificación estratégica o táctica en base a una estimación de nuestra demanda prevista.

 

  • Configuración de la red logística, permitiendo identificar almacenes, hubs, puntos de entrega, extra costes por operaciones de consolidación o coordinación de cargas en puntos intermedios, número de muelles de carga / descarga, restricciones en el acceso a los vehículos.

 

  • Tarifas, configurando los niveles de servicio en función de la tarifa elegida, marcando el plazo máximo de entrega y el coste de la misma.

 

  • Tipos de flota disponibles, considerando capacidad del vehículo (volumen y peso), flota propia / ajena / en exclusividad, grado de fiabilidad del proveedor seleccionado en caso de no contar con flota propia, velocidad media del vehículo, consumo o incluso el calendario de mantenimiento de los vehículos.

 

  • Restricciones en la conducción de tipo legal, considerando tiempos de descanso y limitando las horas de conducción máxima por día o semana.

 

  • Horarios, tanto para la carga y descarga, simulando de este modo el rango horario de apertura de cada ubicación.

Una vez tenemos los ingredientes en la coctelera, es hora de contemplar los múltiples beneficios que estas herramientas pueden aportarnos. La más destacada viene relacionada con la optimización de costes gracias a:

  • Disminución de kilómetros realizados en vacío
  • Fomento de la consolidación de cargas
  • Adaptación de la configuración de red de la empresa y volumen de la flota a la demanda prevista.

Es importante subrayar la palabra optimización. No se trata de minimizar el coste, sino de obtener el menor coste posible respetando en todo momento el nivel de servicio acordado con nuestros clientes. En este sentido, cabe destacar que uno de los puntos fuertes de estas herramientas es el no considerar el menor coste ruta a ruta, sino trabajando sobre el coste global de las operaciones de la compañía.